miércoles, 24 de junio de 2020

Una tantalica vacía.

Primer acto: No hay un trébol de plantita.
Ellos nunca tuvimos tales actos románticos entre los dos, simplemente era verse tomar, ver algo en la tele, escuchar música y bueno follar como lo describe Emilia, Follar como los españoles (no hacer el amor, no tirar ni tener sexo) simplemente follar por que ella nunca había estado en España como Emilia. Follar, ni siquiera se querían ni anhela algo. Cada uno tenía sus cosas, cada uno tenía un pasado que luego de esos 9 años de puntos finales y puntos seguidos se contaba cómo simplemente a que todo se reduzca a trago, música, frenesí y follar. Solo follar.

Segundo acto: Anhelo 
Luego de un tiempo de estar en esas salidas a escondidas, donde nadie sabía exactamente que ambos nos habíamos vuelto hablar, quién hubiera pensado que luego de 9 inviernos y 2 años bisiestos se encontrarían y empezarían una pequeña aventura, pero ahora ninguno de los dos se buscaba, la última vez él se quedo con ella durmiendo juntos, abrazados pero, no había plantita de trébol, no había una firma de eso en algún lugar. La casera de ese lugar era la única que nos los había visto juntos compartir un frenesí con sabor amargo a pasado, ella empezó a anhelar y el bueno no se sabía nada de él ya que ella decidió a dejarlo atrás, ya estaba cansada de ir contra la corriente y esta vez no quería complicarse más, solo que en Anhelo se volvió parte de su vida. Así que agarró sus cosas y como siempre se fue.

Tercer acto:
Desapareció el anhelo, no era el de sus recuerdos .

Cuarto acto: Fin
Luego de tantas noches de sin sabor llegó el momento de que el caos de los días acaban como una terrible tormenta que nadie quiere volver a revivir, nunca nadie sabrá nada y estará frío y solo.
Ellos nunca tuvieron tales actos románticos entre los dos, simplemente a dejarlo ir, y entre una avenida principal sin carros, entre un amanecer frío. Una despedida desde lejos una mano diciendo adiós, un adiós para siempre